La Crisis Colonial

Alguien una vez me dijo que creía que la Historia colonial de México estaba en crisis; en ese entonces yo no tenía idea de a qué se refería, así que no le di mucha importancia y al poco tiempo ya había olvidado el incidente. Sin embargo, meses más tarde escuche a otra persona decirlo, luego fueron dos, tres, cinco. Fue entonces cuando caí en cuenta de la seriedad del problema y comencé a inquietarme. Inconscientemente yo aún albergaba ilusiones de desenvolverme profesionalmente como colonialista, pero este afanado crac colonial las había matado brutalmente en una abrir y cerrar de ojos, y eso que yo aún no comprendía del todo a que se referían.

El asesinato de mis anhelos profesionales, no significó sin embargo, que me enajenara del problema, por el contrario, podrá haberme hecho considerar la docencia por un momento, pero al mismo tiempo despertó en mí una curiosidad e interés considerable.

¿De qué hablan cuando hablan de crisis?

No es tan complejo como se podría creer. Desde hace algunos años, es posible observar una disminución de nuevas investigaciones, así como de la divulgación de la historiografía colonial en general. Aparentemente, a nosotros los historiadores ya no nos interesa nada previo al siglo XIX. Y aunque me sea difícil aceptarlo, es fácil percibirlo. Por supuesto, no puedo hablar del índice porcentual de colonialistas a nivel nacional, pero puedo con certeza hablar de un microcosmos que conozco muy bien: mi generación.
Los egresados de la Licenciatura en Historia de la generación 2011, fuimos 15. De los 15 proyectos de investigación, solo 1 era referente a la colonia: ell mío. Mi gran tesis del siglo XVI era especial, no por su calidad -si he de ser modesta- sino porque trataba de mantenerse a flote en un mar atiborrado de proyectos del siglo XIX y XX. Esto es un 6% contra un 94%. Es reflejo por supuesto solo de una pequeña demografía, pero refleja...y sí que refleja.

Pero ¿Es esto en realidad eco de una apatía y aversión por el periodo colonial? ¿Deberíamos seguir preocupándonos por aquella censura que sufrió el periodo de Colonia durante el siglo XX, debido a discursos políticos ultranacionalistas? ¿Siguen en nosotros aquellos sentimientos hispanofóbicos que no nos dejaron por años realizar investigaciones coloniales objetivas?

Yo diría que, la crisis no es consecuencia de un desprecio o resentimiento por nuestro periodo colonial. Pienso que es meramente una secuela del incremento estrafalario, desenfrenado y hasta cierto punto innecesario de investigaciones del México moderno. Ya que sin duda, durante las últimas décadas, la historiografía mexicana se ha visto polarizada y saturada por investigaciones concernientes únicamente a los siglos XIX y XX. Esto es porque al estar el Estado y la política mexicanos hundidos en el caos y el desprestigio es normal, y hasta cierto punto comprensible, que las investigaciones históricas enfoquen toda su atención en este periodo, con la esperanza de explicar y/o arreglar los problemas de nuestro hoy. Como resultado, nos hemos olvidado completamente del pasado colonial y de la importancia de estudiarlo. Las investigaciones coloniales son vistas -si es que son vistas- como secundarias y sin valor o aporte alguno para México.

Tristemente, esta crisis solo es perceptible e itinerante para los colonialistas. El resto del circulo no ve o no quiere ver, pero si esto continua, en unos años estaremos completamente saturados de este tipo de investigaciones y el periodo colonial entrara en una decadencia total e irreversible. Ya que hay que tener en cuenta que las fuentes primarias (documentos) de dicho periodo, aun con cuidados, tienen un tiempo de vida corto que se les esta agotando. 
Hay que iniciar a prisa el dialogo y la reflexión sobre este problema, lo que esta causando y causará: una grieta enorme y difícil de reparar en la historiografía mexicana. 

Parece ser que la dichosa crisis no logró matar del todo a mis ilusiones y aun sigue en mí este irracional y absurdo deseo de desempeñarme como colonialista.

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